Guiso y solidaridad para los camioneros sobre la Ruta 14

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Quienes van al frente del transporte de mercaderías e insumos esenciales, encuentran las rutas vacías, los negocios cerrados y hasta los baños inhabilitados a lo largo de miles de kilómetros. En Santo Tomé el personal de dos estaciones de servicio se propuso atenderlos con comida caliente y les permiten permanecer para descansar.

El tiempo de cuarentena es complicado para quienes tienen un trabajo que no se detiene. Sobre todo, si se trata de viajar. Entre Buenos Aires y Misiones, a lo largo de la ruta nacional Nº14, muchas estaciones de servicio, paradores y restaurantes ruteros cerraron sus puertas. Ya sea tanto por prevención en tiempos de aislamiento, como por la merma significativa en el flujo de clientes o por las dificultades para abastecerse de los insumos necesarios para trabajar.

En Santo Tomé, aún con el paso fronterizo cerrado, quienes trabajan sobre la ruta detectaron cada vez con mas fuerza que los conductores de transporte de carga que sí están activos llegaban exhaustos y con hambre.

“Una de nuestras estaciones está cerca del desvío hacia el puente internacional, y la otra pasando la entrada, camino a Misiones. Fueron los chicos que trabajan en las playas quienes comenzaron a escuchar estos comentarios: una gran dificultad para los choferes para comer y descansar”, relató Andrés Belza, propietario de estos dos comercios.

El responsable de estas estaciones vive en la provincia de San Luis, desde donde además coordina el abastecimiento para varias otras estaciones de servicio en la zona de Cuyo.

En esa región, aunque la cuarentena obligatoria y la suspensión de muchas actividades productivas y económicas también impacta, la situación es diferente. “Hay más oferta, mas estaciones y negocios. Entonces quienes trabajan en las rutas al menos van encontrando opciones”, explicó Belza.

En cambio, el comentario de sus trabajadores desde Corrientes los puso en alerta. “Los choferes, que están trabajando, no paseando; transitan miles de kilómetros y se iban encontrando que nos les permitían parar, quedarse, ni encontraban para comer. Y con el desabastecimiento en los shops de las estaciones, no podían tampoco comprar ni un sándwich básico”, relató.

Así, nació la idea entre los playeros de las estaciones y el gerente: ofrecer a los camioneros un plato de comida, a modo de colaboración, para que pudieran recuperarse y continuar su viaje.

“El mérito es de estos trabajadores solidarios y del gerente. Se les ocurrió una buena idea: generar algunas porciones de comida para asistir a estas personas. Y pareció muy propicia, contaron con el apoyo de la firma, pero ellos mismos se organizaron”, destacó Belza.

La mayor parte de los camiones que transitan por allí durante estos días, transportan mercadería de primera necesidad: productos alimenticios, medicamentos, insumos para farmacias, lo esencial para el abastecimiento de los pueblos que viven a la vera de la 14, y que ahora no podía contener a quienes conducen por allí.

“Aunque el movimiento es muy bajo, quienes se ocupan del transporte están trabajando, no tienen la opción de quedarse en su casa. Y que la estén pasando tan mal, nos movilizó”, reflexionó a su turno Gabriel Abrate, gerente de estas dos sucursales.

“Muchos van saliendo desde Buenos Aires, y fueron encontrando problemas para utilizar los baños, para comprar comida o detenerse a descansar. Los lugares donde paraban siempre no están abiertos. Y eso disparó la iniciativa. Nos prestaron un disco de arado, algunos comerciantes de Santo Tomé hicieron donaciones de algunos ingredientes, y el resto lo vamos comprando”, relató.

Comenzaron el miércoles pasado y fueron repitiendo la experiencia según el flujo de gente que iban notando cada día. “Hacemos unas 40 porciones, un día guiso de arroz, otro día lentejas, vamos variando. En bandejas descartables se las acercamos a los camioneros, para que puedan comer en los camiones y no generar aglomeración de gente”, explicó.

Aunque el movimiento “cayó en un 80 por ciento, la necesidad estaba presente. Continuaremos con la propuesta hasta que se normalice un poco el abastecimiento”, anticipó Abrate al final.

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Estudió periodismo en la Universidad Nacional del Nordeste y en la Universidad Nacional de Cuyo. Obtuvo el título de Cronista en el Insituto de Altos Estudios del Nordeste. Se formó desde la adolescencia en distintos talleres literarios de la ciudad. Trabajó como redactora y cronista especializada en los diarios Norte (2012), Época (2013 al 2018) y en la actualidad se desempeña en el diario La República (2019). Es directora y editora de Crónicas de Agua.