Dos actividades durante el último fin de semana de enero reunieron a empresarios, emprendedores y estamentos públicos y privados para tender puentes fronterizos y apuntalar la actividad. “La región tiene alto potencial y cuenta con espacios para fortalecerse”, destacaron.
La ubicación fronteriza estratégica de las provincias del NEA recobra un valor extra a la hora de pensar políticas que sumen competitividad en la región. A la par de las herramientas que ofrece el Estado nacional, desde las provincias de Chaco y Corrientes buscan apuntalar las acciones conjuntas en una agenda abierta con Paraguay y Brasil, donde las pymes y los nuevos emprendedores son el foco de atención.
Con una iniciativa compartida, estamentos públicos y privados organizaron durante viernes y sábado una actividad que involucró a los principales actores del “ecosistema emprendedor” de Chaco y Corrientes. Para trabajar con referentes paraguayos del sector en una agenda compartida que permita potenciar oportunidades de crecimiento y de intercambio comercial.
El primero se trató de “Incubatón NEA”, un encuentro donde se abordaron oportunidades integración productiva local y de comercio internacional entre Chaco, Corrientes y Paraguay, donde además asistió una comitiva de funcionarios de la Secretaría de Emprendedores y Pymes de Argentina y del organismo Mipymes del vecino país.
“Incubatón NEA” fue un encuentro donde se abordaron oportunidades integración productiva local y de comercio internacional entre Chaco, Corrientes y Paraguay
“La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Producción de la Nación, el Gobierno de Corrientes, la Cámara de Comercio Exterior del Chaco, la Turbina Coworking, Intecnor y EmLatina, en el marco del fortalecimiento de la agenda bilateral”, destacaron los organizadores durante la apertura, realizada el viernes en el Club de Emprendedores de Resistencia.
En las exposiciones durante el encuentro se delinearon datos que pueden ser fundamentales para entender el posicionamiento de la región NEA en el mapa de las pymes y la generación de nuevas empresas en la zona. Y, sobre todo, dimensionar el potencial de la capacidad de innovación local para apuntalar el desarrollo ante la oportunidad de alianzas con los países vecinos en esa escala emprendedora.
“En el último período, se aprobaron más de mil proyectos a través del programa Fondo Semilla, del Ministerio de la Producción de la Nación. Y en ese proceso, que va desde la idea de negocios hasta la puesta en marcha y la expansión, el papel de las incubadoras y los clubes de emprendedores locales son muy importantes”, aseguró Donatela Orsi, referente de la Secretaría de Emprendedores y Pymes del organismo, en diálogo con La República.
La herramienta que ofrece el Estado nacional se llama Fondo Semilla, y permite acceder a capital inicial de hasta 250.000 pesos.
Las incubadoras de empresas son organismos públicos, privados o mixtos, que acompañan y asisten a los emprendedores con sus proyectos de negocios. Junto a especialistas, técnicos y a veces asesoramiento de expertos de distintos rubros, se logra “dar forma a un plan de negocios que resulte viable para salir al mercado, y así poder acceder a financiación”, recordó la funcionaria. El respaldo que ofrecen este tipo de espacios, ayuda a reducir el fenómeno de la “mortandad de emprendimientos”, un proceso que sucede casi siempre entre el primero y segundo año de puesta en marcha de un nuevo negocio.
La herramienta que ofrece el Estado nacional –además de otras líneas de financiación que aportan los estados provinciales a través del CFI– se llama Fondo Semilla, y permite acceder a capital inicial de hasta 250.000 pesos, en caso de que un proyecto sea primero “incubado y aprobado”.
La red de incubadoras suma más de 500 en todo el país. Y aunque más del 50 por ciento se concentran en Buenos Aires, Rosario y Córdoba, entre Resistencia y Corrientes los espacios para fomentar emprendimientos y contar con asesoramiento técnico superan los diez. “Es una zona con alto potencial y la vinculación con otros países fronterizos le da un perfil de altas oportunidades”, opinó Orsi. A la vez que explicó que el programa de Fondo Semilla, que otorga “créditos de honor a tasa cero”, volverá a implementarse en pocos meses. “Cada año se cierra el programa y se evalúan los resultados, para relanzarlo con las mejoras que sean posible”, explicó.
“Cuando a un emprendedor le va bien, entonces tiene 6 meses de gracia para comenzar a devolver el préstamo, a tasa cero. Cuando le va mal, no debe devolverlo, pero siempre debe justificar en qué se gastó el dinero de acuerdo con su plan”, recordó.
Misiones concentra el 1,6% de las empresas, mientras que Corrientes y Chaco aparecen con el 1,4% cada una.
Durante la jornada se explicaron además los beneficios de otras herramientas que se ofrecen desde estos estamentos para apuntalar la actividad empresarial en estadios incipientes o ya en funcionamiento. Entre ellas, destacaron las líneas de aceleración y expansión de empresas, donde el Estado aporta un peso por cada peso de aporte privado en emprendimientos tecnológicos o científicos. Así como los fondos de inversión, aunque “se manejan montos mucho más grandes, para industrias”, recordó.
“La ley de emprendedores, aprobada hace poco más de un año, le dio un renovado impulso a la actividad, sobre todo por la figura de las sociedades simplificadas, que permite a las empresas formalizarse en un solo día. Marcó un antes y un después. En el país se han creado más de mil nuevas empresas con este sistema”, destacó.
Del mismo modo, subrayó la efectividad de “la red de mentores, donde empresarios con experiencia ofrecen ayuda y asisten a otros emprendedores que buscan ganar escala”, dijo.
El NEA en el mapa empresarial
De acuerdo con la plataforma “GPS de empresas”, del Ministerio de la Producción de la Nación (gpsempresas.produccion.gob.ar), en Argentina hay cerca de 5 millones de empresas considerando sociedades, autónomos y monotributistas. Alrededor de 609.000 son empresas empleadoras, con al menos un empleado registrado en relación de dependencia. Sobre este grupo enfocamos el análisis en estas secciones. Más del 99% son pymes (605.854) tienen menos de 200 ocupados y solo el 0,6% (3.539) cuentan con más de 200 ocupados. Las primeras son las que más trabajadores emplean: acumulan el 65% del empleo privado formal.
La actividad de las empresas está concentrada territorialmente: el 70% de las empresas se localiza en 4 jurisdicciones: Capital Federal, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. El norte argentino (NEA y NOA) concentra solo el 11% de las empresas.
La localización de las empresas refleja las desigualdades territoriales: en la CABA hay 42 empresas radicadas cada 1.000 habitantes, mientras que en el Norte hay 7. En otras regiones, como Cuyo, Centro y Patagonia, existen entre 12 y 15 empresas cada 1.000 habitantes. Parte de la alta concentración en la CABA tiene que ver con que las empresas registran allí su domicilio fiscal o su oficina central, aunque mantengan operaciones en otras regiones.
En el NEA la situación es similar a la del NOA: Misiones concentra el 1,6% de las empresas, mientras que Corrientes y Chaco aparecen con el 1,4% cada una.
Sostener un nuevo emprendimiento en el tiempo puede ser una tarea difícil, y esto se refleja en la tasa de supervivencia de las nuevas empresas. En Argentina, 8 de cada 10 nuevas empresas llegan a los 2 años de vida, y solo 3 de 10 llegan a los 8 años. Típicamente, las que permanecen en el mercado tienden a ser las más productivas, que se fortalecen y ganan escala, y así su probabilidad de sobrevivir un año más aumenta.
“Por eso, es fundamental que existan y se aprovechen espacios como los clubes de emprendedores y las incubadoras”, destacaron los referentes del sector durante el encuentro.
*Publicado en diario La República el 24 de enero de 2019.