Cigarrillo electrónico: ¿Qué esconde la nueva forma de tabaquismo?

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Lo que comenzó como un método eficaz para dejar de fumar para algunos, o como una “moda” para otros, se convirtió pronto en un arma letal que amenaza la salud. En la Argentina, pese a que su venta está prohibida por la Anmat, ya lo consumen el 7,1% de los adolescentes de 13 a 15 años. Especialistas aseguran que: “El cigarrillo electrónico no es cool, es veneno”.

Con el surgimiento de lo que los especialistas comenzaron a llamar “enfermedades pulmonares desconocidas”, comenzó a ponerse la lupa sobre el cigarrillo electrónico como un consumo que poco tiene de inofensivo, sino más bien todo lo contrario.

Con ya más de 350 personas internadas y seis muertos en los EEUU por esta causa, el fin de semana se conoció que el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció la prohibición de los cigarrillos electrónicos con sabores, en un intento de “combatir el aumento del consumo de productos de vapeo entre los jóvenes”.

Estudios revelaron que el aerosol que emanan los cigarrillos electrónicos contiene 4 grupos de tóxicos y compuestos cancerígenos llamados carbonilos, compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas y metales pesados

Además, se preparará una nueva legislación para combatir la “publicidad engañosa” de los cigarrillos electrónicos dirigida a jóvenes y niños. “Los fabricantes de cigarrillos electrónicos con sabor a frutas y sabores dulces se están dirigiendo intencionadamente e imprudentemente a los jóvenes y hoy estamos tomando medidas para poner fin a esto. Al mismo tiempo, tiendas sin escrúpulos están vendiendo, conscientemente, productos de vapeo a menores de edad”, aseguró el gobernador.

Según in informe publicado por el portal Infobae, diversos estudios realizados revelan que el aerosol que emanan los cigarrillos electrónicos contiene cuatro grupos de tóxicos y compuestos cancerígenos llamados carbonilos, compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas y metales pesados. También se encontró que poseen más cromo, plomo y níquel que los cigarrillos comunes. Existe evidencia documentada de que el aerosol de los cigarrillos electrónicos provoca daños en el pulmón como neumonías y lesiones similares al enfisema, que es una de las enfermedades que causa la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

“Como legalmente es muy difícil prohibir el cigarrillo, porque hay muchos intereses comerciales, lo que están intentando es prohibir que fumen los menores de 21 años y la medida inicial apunta a comenzar con los saborizados”. El médico cardiólogo Francisco Toscano (MN 95.358) señaló a Infobae que “los sabores caramelo, frutales, chocolate, vainilla, etc., son los más atractivos para adolescentes y jóvenes”.

Y tras destacar que “el consumo de cigarrillo electrónico está instalado en el mundo hace más de 10 años”, el miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) consideró que el hecho de que los casos de estas enfermedades se presenten ahora tiene que ver con que “evidentemente hay algo nuevo que se está incluyendo en las soluciones líquidas que producen vapor o bien una combinación nueva, que es lo que está ocasionando el daño”.

“Una de las cosas que se están investigando es que últimamente se vapea mucho THC, por lo que buscan ahondar si alguna combinación de THC con algunos saborizantes o aromatizantes ya conocidos es responsable de los casos de enfermedad pulmonar”, sintetizó Toscano, quien citó recientes publicaciones internacionales que ya hablan con nombre y apellido de la nueva patología.

Al vapear no se aspira vapor de agua; es un vapor tóxico, ya que todos estos productos tienen un montón de alcoholes y glicoles que al entrar en contacto con el tejido pulmonar generan reacciones
Estudios publicados en el New England Journal of Medicine se refirieron a la neumonía lipoidea, como una de las afecciones halladas, que Toscano describió como “la presencia de pequeñas ampollitas de grasa dentro de los pulmones como consecuencia de exponerlos a sustancias tóxicas”.

“Los casos demuestran una colección heterogénea de patrones de neumonitis que incluyen neumonía eosinofílica aguda, neumonía organizada, neumonía lipoidea, daño alveolar difuso y síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), hemorragia alveolar difusa, neumonitis por hipersensibilidad y la rara neumonitis intersticial de células gigantes”, detalló el medio especializado.

“Al vapear no se aspira vapor de agua; es un vapor tóxico, ya que todos estos productos tienen un montón de alcoholes y glicoles que al entrar en contacto con el tejido pulmonar generan reacciones”, señaló el experto, para quien “el mayor riesgo lo representan los jóvenes, que lo empiezan a consumir creyendo que es más sano que el cigarrillo común y no es así”. Y reforzó: “El cigarrillo electrónico no es cool, es veneno”.

Y acerca de que muchos de los que inician su consumo lo hacen como alternativa para dejar de fumar, el presidente de la FCA, Jorge Tartaglione (MN 67.502), consideró: “Hoy la evidencia muestra los efectos nocivos de este tipo de prácticas, que generan adicción al igual que el cigarrillo común, sumado a los efectos de la nicotina y los otros tóxicos. Desde la fundación no lo recomendamos para dejar de fumar ni como sustituto del cigarrillo”.

Sobre la prohibición anunciada en Nueva York, la médica cardióloga Marta Angueira (MN 70883) opinó que “se sabe que los cigarrillos saborizados, tanto comunes como electrónico, son más atractivos para los jóvenes y la medida está destinada a proteger a los más jóvenes del inicio del consumo”.

“La medida me parece razonable, aunque considero que falta investigación, ya que las muertes de las que se habla parecen estar ligadas a líquidos que contienen otros componentes, tales como marihuana”, concluyó la especialista en cesación tabáquica.

En la Argentina, el 7,1% de los estudiantes secundarios de entre 13 y 15 años consumen actualmente cigarrillos electrónicos
En la Argentina, pese a que el cigarrillo electrónico está prohibido por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), se comercializa libremente, y según la quinta edición de la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (EMTJ) que incluyó por primera vez la evaluación del consumo de estos dispositivos arrojó que el 7,1% de los estudiantes secundarios de entre 13 y 15 años consumen actualmente cigarrillos electrónicos y que el 14,4% de los estudiantes algunos vez los probó.

Y si bien la cifra ubica al país “a mitad de la tabla en comparación con otros países”, según consignó a Infobae la directora de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, Verónica Schoj, muestra que el consumo “ya se volvió una epidemia”.

“Lo que termina sucediendo es que el cigarrillo electrónico es el ingreso a la adicción a la nicotina”, analizó la funcionaria, para quien, “luego de que se logró concientizar sobre los daños de la nicotina, emergen estos productos que se presentan como ‘de daño reducido’ cuando cada vez hay más evidencia de que no lo son y reproduce la historia del pasado”.

“La industria tabacalera sabe que produce un producto mortal, entonces se aggiorna y promociona productos como menos nocivos para que el fumador encuentre nuevas herramientas para prolongar su adicción”, destacó Schoj, para quien es clave “avanzar en el congreso con proyectos de ley que se adapten a las nuevas formas de consumo”.

La ley vigente (26.687 de Regulación, Publicidad y Consumo de Productos elaborados con Tabaco), “que en su momento representó avances, dejó ‘agujeros’ que la industria capitalizó y por ahí está colando una enorme publicidad”, opinó la funcionaria en referencia a la publicidad de tabaco en los puntos de venta y el marketing directo.

En ese sentido, sobre el cigarrillo electrónico, prohibido por Anmat, señaló: “Las jurisdicciones no tienen poder de policía para fiscalizar; hasta que esté prohibido por ley tenemos que encontrar maneras entre la Secretaría de Salud, la Anmat, Sedronar y el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) de sancionar su comercialización”.

La norma vigente prohíbe su consumo en lugares cerrados, incluyéndolo en las medidas para garantizar ambientes 100% libres de humo de tabaco
Entre los proyectos en marcha, en consonancia con lo que ocurre en el mundo, el diputado nacional Daniel Filmus presentó uno que modifica la Ley 26.687 de Regulación, Publicidad y Consumo de Productos elaborados con Tabaco para establecer la prohibición del consumo de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado (PTC) en lugares cerrados de acceso público.

Con el acompañamiento de legisladores de distintos bloques, la iniciativa surgió de un pedido de organizaciones no gubernamentales especializadas en la temática y de integrantes de la comunidad médica que vienen advirtiendo sobre el creciente número de casos de enfermedades respiratorias graves asociadas al consumo de estos productos, fundamentalmente entre los jóvenes.

“La modificación que proponemos apunta a proteger a la población de los nuevos productos asociados al tabaco que en los últimos años aparecieron en el mercado”, explicó el diputado. La Ley 26.687 había sido impulsada por el mismo Filmus durante su mandato como senador nacional y fue aprobada por el Congreso en 2010.

La norma vigente prohíbe su consumo en lugares cerrados, incluyéndolo en las medidas para garantizar ambientes 100% libres de humo de tabaco.

Si bien los cigarrillos electrónicos se encuentran incluidos en la reglamentación de la norma vigente como productos asociados al tabaco, el avance de esta tecnología requiere incluirlo formalmente como producto de tabaco para garantizar una correcta implementación de la normativa.

El texto también hace hincapié en la prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de los nuevos productos para adaptar la legislación local a los estándares internacionales. Se considera que instan a la compra compulsiva y transmiten la idea de que el consumo de tabaco es algo normal y socialmente aceptable, al mismo tiempo que debilitan las campañas de salud pública al desacreditar las advertencias sobre las consecuencias del tabaco para la salud.

La iniciativa prohíbe su consumo dentro de los ámbitos previstos por la ley vigente, como lugares de trabajo cerrados, centros de enseñanza o cualquier espacio cerrado destinado al acceso de público.

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