Corrientes vive a pleno la edición número 32 de la Fiesta Nacional del Chamamé y, como es costumbre, el gran evento, que se desarrolla en el Cocomarola, conjuga lo tradicional y lo nuevo, lo clásico y las sorpresas, que en estas primeras noches fueron ya varias. Los artistas más reconocidos cumplieron con actuaciones que encendieron al público y otros, a priori desconocidos por muchos, tuvieron presentaciones excelsas.
Con un anfiteatro a pleno, el inicio de la fiesta tuvo como plato fuerte a Antonio Tarragó Ros, que no defraudó e hizo bailar a los miles de almas que se congregaron en la primera luna chamamecera. La segunda tuvo su pico de emoción con la presentación de Ofelia Leiva, amada como pocos por el público.
El sábado, la noche arrancó con una importante afluencia de público ya desde temprano, y, cerca de las 23, el Cocomarola lucía prácticamente a pleno. Familias y grupos de amigos con sus conservadoras y hasta con mate en mano llegaron hasta el predio para vivir una noche que no tuvo puntos bajos en cuanto a lo artístico. Hubo lugar para la emoción, ovaciones, baile y el infaltable sapucay.
La Orquesta Folclórica de la Provincia, con 50 años de trayectoria y vigencia, brindó un show de altísimo vuelo, interpretando clásicos del chamamé, en un homenaje a Julián Zini que el público reconoció con aplausos sostenidos en varios momentos de la presentación. Tanto así es que pidieron un bis al grito de “otra, otra”, deseo que fue cumplido por los artistas.
Ballet
Otro de los momentos de alto vuelo fue, como siempre, la actuación del Ballet Oficial de la fiesta. En sus entradas al Sosa Cordero, el grupo de baile hizo alarde de su virtuosismo y del duro trabajo de ensayo que quedó expuesto en el Cocomarola. Participó también Lourdes Sánchez, la bailarina correntina reconocida en todo el país, que pisó el escenario mostrando sus cualidades junto a su pareja de baile.
Para las 23.30 se presentó Hugo Flores, exintegrante de Amandayé, que interpretó varios clásicos y cerró con uno que no falla: Bajo el cielo de Mantilla.
Luego fue el tiempo de Paquito Aranda, uno de los músicos correntinos de mayor trayectoria, que se ganó el reconocimiento de la gente, que para ese momento ya colmaba el anfiteatro.
Las guitarras de Curuzú, Valen Moisés y Sonia Álvarez siguieron con actuaciones sólidas. A pesar de que Ofelia, el número principal de la noche, ya se había despedido, pocos dejaron el Cocomarola y la noche siguió con mucho color y ritmo.
Planificado o no, la Fiesta vivió una especie de segmento especial dedicado a Paraguay. Varios artistas del vecino país actuaron e hicieron bailar a los presentes con chamamé y polca.