Alicia, imaginada por Lewis Carol junto a un país de maravillas, tras perderse en un misterioso túnel y atravesar un bosque, se encuentra con diversos caminos posibles.
Perpleja Alicia le pregunta a una oruga:
– “Perdone, señor, ¿le importaría decirme qué camino debo tomar?”.
La oruga pregunta a su vez: – “¿Adónde vas?”.
“No sé” responde Alicia.
Sabia, la oruga contesta: “En tal caso, no importa el camino a tomar”.
Este fragmento nos recuerda que nuestro destino empresarial es azaroso e incierto. Sin embargo, somos nosotros los que elegimos cuál batalla luchar, qué rumbo elegir, qué riesgos valen la pena. Y para esto existe el Mapa Estratégico, herramienta clave en el mundo Pyme.
El Mapa Estratégico es una simple hoja de ruta que demuestran las relaciones “causa – efecto” entre los objetivos estratégicos plasmados para alcanzar la visión declarada. Confeccionarlo lleva tiempo y es necesario tener la visión, misión y valores; plasmados previamente.
Primero se deben plantear objetivos estratégicos en función a cuatro perspectivas: financieras, clientes. procesos y RRHH. Estas metas no deben ser más de cuatro por cada panorama.
Entonces, se empieza por el aspecto financiero preguntándose ¿Cuáles objetivos financieros debo cumplir para alcanzar la Visión, sin perder de vista la misión, los valores y la estrategia de la empresa?
Definido esto, para plantear los objetivos de clientes hay que preguntarse: ¿Cuáles debo cumplir para alcanzar los financieros antes planteados?
Después la pregunta a realizar es: ¿Cuáles fines de procesos internos deben ser cumplidos para alcanzar los de Clientes? Y, por último, ¿cuáles metas de RRHH para lograr los de procesos internos?
De esa manera tendremos un mapa con todas las relaciones de causa efecto entre al menos 16 objetivos planteados para lograr con la visión empresarial.
Se observará así distintos caminos a tomar. Donde, si bien armamos el mapa de arriba hacia abajo, se lo trabaja de abajo hacia arriba, leyéndose de esta manera: Los RRHH realizan los procesos para atraer clientes que generen dinero para financiar la visión de la empresa.
Cada iniciativa estratégica tomada, estará alineada entre sí, generándose una relación causa – efecto asombrosa.
Comprometámonos con estas definiciones para así plantear objetivos específicos, medibles, alcanzables, limitados en el tiempo y realistas. Así será más fácil armar indicadores que verifiquen los resultados obtenidos y, luego, proponer iniciativas para mejorarlos.
Es cierto que es imposible realizar absolutamente todas las propuestas que surgirán luego del armado de este mapa, y es por ello que los invito a elegir solamente las que más se alineen a sus objetivos estratégicos y definir responsables, recursos y un plazo de acción para lograrlas.
De esta manera tendremos definido el camino, estará en cada líder compartirlo y en sus colaboradores seguirlo. En este mundo incierto y azaroso, que está lejos de ser las maravillas imaginado por Carrol, es clave el momento del armado del mapa. Se necesitará de no poca paciencia para ser fiel a muchos detalles, pero allí se manifiesta la búsqueda de la excelencia, acción que el mercado de seguro valorará.