El río en todo su cauce y especialmente en la costa correntina se encuentra con un escaso caudal hace bastante tiempo, y las previsiones no son alentadoras. El Paraná había comenzado su descenso a mediados del año pasado, cuando de su nivel habitual por encima de los tres metros empezó a mermar paulatinamente.
La altura en estos últimos días ronda el metro y medio y, a pesar de algunos esporádicos repuntes, lo cierto es que los niveles desde el 2019 vienen siendo muy acotados, tanto que se registraron varios récords en este tiempo.
Según un estudio realizado recientemente por el Instituto Nacional del Agua (INA), la situación no cambiará de manera notoria de acá a fin de año. De este modo, a pesar de que en algún momento se anunció una mejoría en el caudal del río para septiembre y luego para fin de año, ahora las previsiones son aún más preocupantes.
Ante este panorama, se aguarda que recién en 2021 pueda comenzar a darse una normalización, aunque por el momento no hay precisiones. Entre el año pasado y el actual, se batió el récord de bajante con jun registro de menos de 0,80 metro, siendo la marca más baja en más de medio siglo.
Los escasos repuntes en estos meses se debieron solamente a la apertura de compuertas de las represas que se encuentran río arriba, a partir de acuerdos con países vecinos. Pero lo cierto es que, según explicaron los especialistas, la única salida definitiva de prolongada bajante es la llegada de las precipitaciones en las zonas de influencia. Las lluvias son escasas hace más de un año en los sectores que aportan caudal al Paraná y por eso se comenzó a dar esta situación.
Los estudios meteorológicos tampoco son alentadores. A la extensa sequía imperante en esta zona, se le suma la extensión de estas condiciones al menos hasta el año que viene también. Aunque podría haber algún repunte estacional, seguirán siendo escasas las lluvias. Solo como para tomar dimensión de los registros, en lo que va de este año llovió la mitad de lo que lo hizo en 2019 durante el mismo periodo.
