Rescate a la memoria de las Cautivas, residentas, traidoras y destinadas

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Psicóloga, periodista de investigación y escritora, Emma Calmanash alista la tercera reedición de su libro sobre las Cautivas correntinas, de quien es una de las descendientes. Pero esta vez, la autora – incansable buscadora de fuentes y testimonios – suma a su  obra tendrá un apéndice  promete sorprender.  En la edición que planea presentar este año incorpora más detalles del testimonio oral de su abuela y su tia abuela, descendientes directas de Carmen Ferré Atienza de Alsina.  Además, contiene fragmentos del diario de la esposa de un Ministro de Estados Unidos residente en Paraguay durante la Guerra y documentos que acreditan el nacimiento y otros detalles de los “cautivitos”, dos de los niños que nacieron y crecieron en este contexto junto a sus madres retenidas por las tropas paraguayas, entre otra documentación inédita de la Guerra del Paraguay.

“Fueron 16 años de investigación, y siguen apareciendo documentos, por la busqueda constante en distintos países”, ratificó la autora en diálogo con Crónicas de Agua. Los mapas del cautiverio, donde detalla los vaivenes en el derrotero que mantuvieron las prisioneras, es uno de estos hallazgos documentales.

“La sociedad correntina fue obligada a participar de los festejos del cumpleaños de (Francisco Solano) López el día 24 de junio. El 10 de julio de 1865, era un día neblinoso. Desembarcaban en un gran contingente de tropa y formando en espera de órdenes. Otra vez, invaden la ciudad.  Ese día, tenían preparado el secuestro de otras víctimas civiles, unas que son recordadas con nombres y apellidos de entre los cientos de víctimas que son simplemente anónimas, pues nunca se pudo saber nada de ellos”, relata.

 

Emma Calmanash – tras poner en contexto una nueva invasión del Paraguay y el inicio de la Guerra  en nuestro territorio – comienza a narrar el largo cautiverio que iniciarían las cinco mujeres tomadas como rehenes el 11 de julio de 1865.

LA CITA

  • Una de las comisiones armadas con órdenes severas, se dirigió a la casa contigua al Cabildo, la del Coronel Fermín Alsina, de dos plantas con balcones en Buenos Aires y Quintana. Hubo golpes, gritos y hachazos.

Así se refleja el secuestro entre forcejeos de aquellas cinco mujeres: María Encarnación Atienza de Osuna,  Carmen Ferré Atienza (antepasada de Emma), Jacoba Plaza, Toribia de los Santos  y Victoria Bar.

 

Una de las comisiones armadas con órdenes severas, se dirigió a la casa contigua al Cabildo, la del Coronel Fermín Alsina, de dos plantas con balcones en Buenos Aires y Quintana. Hubo golpes, gritos y hachazos.

Carmen Ferrré Atienza de Alsina.

Así se refleja el secuestro entre forcejeos de aquellas cinco mujeres, de las cuales sí recordamos sus nombres: María Encarnación Atienza de Osuna, secuestrada en su casa de Tucumán entre Libertad y 25 de Mayo, su prima Carmen Ferré Atienza (antepasada de Emma). Su amiga Jacoba Plaza, esposa del mayor Manuel Cabral. Fue detenida en su casa de San Juan 570, en diagonal al Teatro Vera. Tras rogar a sus captores consiguió que la dejaran llevar con ella a su hijo de dos años.

Las otras dos mujeres fueron Toribia de los Santos, esposa del sargento mayor Desiderio Sosa, comandante del Batallón Primero de Corrientes, que él mismo había organizado. Fue secuestrada en su casa de la calle Julio entre Córdoba y Catamarca.

La última fue Victoria Bar, esposa del hacendado Alejo Ceballos, quien aportaba ganado al ejército y compartía la filiación política de los demás esposos de las cautivas. Al momento del secuestro su esposo estaba en la estancia de San Lorenzo. Victoria Bar fue detenida en su casa de la calle Julio entre Córdoba y Catamarca, frente mismo a la de Toribia de los Santos.

A 150 años del regreso

 

El libro “Las cautivas correntinas en la Guerra del Paraguay. Memorias Rescatadas” de Emma Calmanash ya lleva 1.300 ejemplares vendidos, y ahora arranca su tercera reimpresión, que “va a salir con apéndice, para contener toda la investigación que fue posterior a la primera edición del libro”, anticipó la autora a Crónicas de Agua.

En el marco de los 150 años del fin de la Guerra, Corrientes será sede de un encuentro intencional sobre la temática. Y – a la par de la organización del congreso – desde el Instituto de Investigaciones Históricas y Culturales de la Provincia impulsaron la participación de Calmanash en un panel realizado en conjunto con el Municipio Capitalino, donde el tema de las Cautivas fue el eje central.

“Este año terminé en la Sorbona un curso de investigación con fuentes documentales de la época de la Guerra del Paraguay, y encontré un montón de cosas. Además, hay otra fuente”, deslizó.  Se trataría de nuevos testimonios de una de las cautivas, recolectadas en un diario íntimo de una de ellas, que otra descendiente de aquellas mujeres le habría cedido a Emma para que sumara documentación a su investigación.

Rescate a la memoria de las Cautivas, residentas, traidoras y destinadas
Rescate a la memoria de las Cautivas, residentas, traidoras y destinadas

Herencia y curiosidad

Jacoba Plaza de Cabral

“Cuando era chica, mi papá (Don Saúl Calmanash, un pionero de la bioquímica aplicada al diagnóstico médico en la provincia) me llevaba con él en sus visitas a pacientes. Yo lo acompañaba en el auto. Y él, que siempre me impulsaba a leer libros, aprovechaba esos paseos para preguntarme sobre mis lecturas. Pero el paseo por la Costanera terminaba siempre en monumento a las Cautivas. Y él me decía: mirá, esa señora fue la bisabuela de tu mamá”.

Cuando Emma escuchaba las palabras de su padre, creía que se trataba de otro de sus relatos, como las historias y cuentos que solían compartir en sus paseos. Hasta que una tarde, al volver a su casa – ella tenía apenas 11 años – se encontró en la mesa del comedor de su casa a su madre, reunida con sus tías abuelas y su abuela, y un montón de material desplegado sobre la mesa sobre las Cautivas.

“Con un cuaderno y mi letra infantil, tomé un reportaje oral”, recuerda la autora. Que guardé por años en una carpeta. Solo al regresar de Buenos Aires – a donde había ido a vivir después de casarse – en una visita a su casa paterna, Emma revisó sus cosas y encontró aquellas anotaciones. Los apuntes, de nuevo postergados, volvieron a surgir años después. “Me recibí de psicóloga, y estaba guardando materiales cuando encontré de nuevo la carpeta. En ese momento estaba estudiando periodismo de investigación. Y ese fue el punto de partida de este libro, que me llevó 16 años de investigación”, remarca.

Las fuentes dispersas, documentos en inglés, francés y alemán sobre la Guerra, y relatos encontrados fueron pasando por sus manos y su análisis

LA CITA

  • “Finalmente lo armé, porque las Cautivas iban a estar por fin, descansando en la Iglesia de la Merced (en 2007) y me puse ese plazo para terminar el libro, como un homenaje a ellas, con fuentes documentales”, recordó.

“Necesitaba responder si realmente las cosas que pasaron respondían a un relato oral, o eran verídicas”, explicó la autora.

Emma se toma su tiempo para trabajar en la investigación, mientras lleva en paralelo sus estudios de Doctorado en Historia y avanza con otros cuatro trabajos de investigación a la vez. Pero, la historia de las Cautivas la une a sus raíces. Y eso la llevó a indagas desde las pequeñas librerías en Parque Rivadavia de Buenos Aires – ciudad donde reside – hasta recónditos claustros y colecciones en Uruguay, Paraguay, Brasil y medio mundo.

“Fui viendo, sobre todo en Paraguay, que hay muchos libros que dan testimonio sobre cautivas, residentas y destinadas, traidoras de López, que recibieron el mismo sistema de castigo de estar aisladas en la selva. Y me di cuenta que sí, esto no era un relato”, afirmó.

El apéndice bibliográfico de su obra sobre las Cautivas Correntinas cita cerca de 80 fuentes, algunas sorprendentes, como censos de población, inmigración y colonización de Paraguay y de Corrientes de la época. Como estudiosa de Mitre, conoce además los entresijos de la guerra con mucho detalle, y ese conocimiento profundo, sumado a su propia sensibilidad, le permite mostrar perfiles del confilicto con una mirada nueva.

Mauselo de las Cautivas, dentro de la Iglesia de La Merced.

Según cuenta Calmanash, hubo mucha otra gente que fue llevada prisionera desde Corrientes. Pero las recordadas, las que eran de familias ilustres, las que permanecen vivas en el ideario colectivo son aquellas cinco. “Encontré el libro de un Almirante argentino, que escribió la historia de los prisioneros de los barcos que fueron tomados por los paraguayos y la narración de qué le pasaba a aquella gente”, apuntó.

“No se necesita el drama de personajes heroicos, sino simplemente una persona que tenga un destino inaudito y se haga cargo. Es una frase rectora en toda mi investigación”, asegura la autora.

“Se llevaron a tanta gente…”, lamenta. Aunque sabe, que las más conocidas eran únicas, porque representaba “el dolor para los militares argentinos que decidieron ir en contra de Paraguay en la Guerra. Mi pariente tenía una bebe de dos meses, todavía mamando. Pero la gente, en circunstancias adversas, también toma coraje. Investigué mucho sobre la Segunda Guerra Mundial, y son historias de coraje”, afirmó.

La patrona de los cautivos

Victoria Bar de Ceballos

 “Nos llevaron al antiguo Cabildo y nos sumergieron en un horrendo calabozo. Allí ya estaban encerradas en calabozos inmundos las señoras del coronel Alsina, del coronel Sosa, la señora de Manuel Cabral y la señora de Osuna…“, narra en una crónica de los hechos la señora Victoria Bar, la más entrada en el edad de las prisioneras.​

Jacoba Plaza de Cabral había podido esconder entre sus ropas la imagen de la Virgen de la Merced, santa patrona de la Ciudad de Vera, de la cual todas las mujeres eran devotas. Una vez reunidas, prometieron a la Virgen de la Merced que si regresaban con vida, lo primero que harían cuando pisaran suelo correntino sería caminar hasta la iglesia para agradecer su suerte, aún incluso antes de saludar a sus familiares.

“La historia de las Cautivas correntinas de la Triple Alianza es una página dramática de la Guerra, con condimentos románticos a la vez. Porque ellas regresan, y logran cumplir su promesa a Nuestra Señora de la Merced. Eso hace que nosotros – desde nuestro tiempo – enmarquemos también esta historia en la devoción de las Cautivas”, opinó a su turno Alexis Dabat, como parte de la organización de las conferencias del ciclo de capacitación de la Subsecretaría de Turismo, Cultura y Deportes del municipio.

“La historia de las Cautivas correntinas es una página dramática de la Guerra, con condimentos románticos a la vez. Porque ellas regresan, y logran cumplir su promesa a Nuestra Señora de la Merced”, señaló Dabat.

LA CITA

  • Es también una página de la historia de la devoción de los correntinos por la Virgen de la Merced.

“Las Cautivas subyacen en el imaginario colectivo. Y eso, nos llevó a escuchar y ver un montón de versiones”, enfatizó.

“Es también parte  de la devoción de los correntinos por la Virgen de la Merced. Por eso, las recordamos en septiembre. Si bien la historia no precisa la fecha exacta en que regresaron, se estima que fue entre septiembre y noviembre. A fines de 1869. Y para rendirle un homenaje a modo de efemérides, elegimos el día 8, porque es el día antiguo en que se celebraba la fiesta de la Merced en tiempos de la colonia, hasta 1800, en los primeros siglos de la ciudad”, recordó.

Fallecimiento de doña Toribia de los Santos de Sosa. Oleo sobre tela de Miguel Pascarelli. Salón de Acuerdos. Palacio de la Honorable Legislatura de la provincia de Corrientes.

“La historia de las Cautivas subyacen en el imaginario colectivo. Y eso, nos llevó a escuchar y ver un montón de versiones. Es importante que estos investigadores e historiadores que saben del tema, continúen con esta labor de arrojar luz sobre el tema, a 150 años de la Guerra”, enfatizó.

Respecto de la devoción de las Cautivas correntinas a la Virgen, Dabat recordó haber formado parte de la comisión organizadora en 2007, cuando la ciudad decidió trasladar los restos de aquellas mujeres a un mausoleo, dentro de la iglesia. “La ciudad de Corrientes tenía como patrona a la Virgen de la Merced desde 1860. Y todas ellas vivían en el barrio, y eran devotas de ella. Ocupaban un rol, una posición social uy importante, y fueron elegidas como represalia a sus maridos, en calidad de prisioneras de guerra. Se las homenajea también por su devoción, ya que la Virgen de la Merced tiene – entre sus títulos – el de redentora de los cautivos. La Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced fue fundada por San Pedro Nolasco en 1218, para la redención de los cautivos cristianos en manos de los Moros de aquel tiempo”, concluyó.

Mientras tanto, desde el Instituto de Investigaciones Históricas y Culturales de la Provincia avanzan en la organización del Congreso, que volverá a abrir el debate y el recuerdo sobre las cautivas y su tiempo el año próximo.  “Espero tener listo el libro para marzo, y presentarlo en ese contexto”, anticipó Emma Calmanash en la jornada que abordaron a principios de septiembre, en el auditorio del colegio Nacional – que también cumplió 150 años hace poco – como escenario para el encuentro.

 

 

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