Los fantasmas también van a la escuela

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“¿Ha tenido usted alguna vez, cuando creía estar completamente despierto, la impresión intensa de ver a un ser viviente o un objeto inanimado, de sentir su contacto o escuchar alguna voz, sin que hasta donde pueda descubrir, esta impresión se debiera a ninguna causa física exterior?”. Así comienza el proyecto que la profesora Yanina Romero propuso a sus alumnos de 5to A del Turno Tarde, en la escuela Manuel Vicente Figuerero, para relevar historias de aparecidos en Corrientes.

Una tarea escolar terminó como un desafío especial para los estudiantes. Motivados por su profesora de literatura y con ayuda de distintos docentes y los bibliotecarios, indagaron sobre mitos y leyendas urbanas. La dama de blanco, Santiago Fitz Simons – el primer Rector del Colegio Nacional – , el fantasma de Manuel Belgrano en Casa Martínez, los misterios de la mansión de los Meabe Pampín y la niña de la ruedita son algunas de esas historias. Asesorados por el doctor Enrique Galiana (abogado e historiador), se proponen ahora reescribir esos relatos y darles difusión, para que se visibilicen en el ideario cultural de la ciudad.

 

“Nuestras actividades nunca son impuestas y obligatorias. Hacemos la propuesta, y los estudiantes se van sumando. Creo que, en parte, eso es lo que los motiva. Y con el tema de los fantasmas sintieron especial curiosidad, se engancharon mucho. Y también se sumaron profesores de otras materias. Así, el proyecto fue creciendo y pretendemos que tenga continuidad. Que no se quede solo en contar historias en el aula”, explicó Yanina Soledad Romero, docente de literatura e inspiradora de la iniciativa.

Aunque la actividad se viene desarrollando desde abril, y comenzó con un “desparramo” de libros de distintos géneros sobre las mesas de la biblioteca escolar para disparar el interés por la lectura de los estudiantes; cobró mayor notoriedad cuando la compilación de relatos que pudieron conseguir en su trabajo de investigación terminó siendo expuesto en la feria de ciencias de la institución y cosechó la distinción para pasar a una instancia zonal en los próximos meses.

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Pero además, el trabajo fue expuesto como un ejemplo de trabajo interdisciplinario y motivador – con la biblioteca como espacio dinamizador de acceso al conocimiento – en el primero congreso de bibliotecas escolares, organizado a mediados de agosto por el Ministerio de Educación en conjunto con el Centro de Documentación e Información Educativa y Bibliotecas (CDIE).

“El principal desafío de las bibliotecas escolares es democratizar el acceso a la información en distintos soportes y formatos”, destacó a Crónicas de Agua la directora del CDIE, Florencia Olivetti. Según la coordinadora, el bibliotecario “tiene que ser un buen gestor, y también asumir un rol de liderazgo con nuevos proyectos en la escuela, contagiar su entusiasmo a docentes, alumnos y directivos”, sostuvo.

Un ejemplo de ese proceso, presentado en el congreso, fue el de la escuela Figuerero, con su proyecto de relevar, reescribir y difundir historias de fantasmas y aparecidos; un tema del que muchos hablan solo en voz baja, y que sin embargo permanece latente en el ideario colectivo correntino.

Los fantasmas también van a la escuela

Galiana, experto en aparecidos

El doctor Enrique Galiana es una personalidad destacada dentro de la ciudad, tanto por su profesión de abogado, como por su nutrida producción literaria e histórica. Este año, presentó su tercer volumen de historias sobre “Aparecidos, tesoros y leyendas”, y fue una de las publicaciones que más captó la atención de los jóvenes estudiantes del Figuerero.

Desde la institución cursaron la invitación al historiador, para que pudiera ser entrevistado por los estudiantes; una convocatoria que resultó una experiencia enriquecedora para ambas partes.

LA CITA

  • “Los chicos pudieron tener contacto directo con el autor, hacerle preguntas sobre su método para investigar y relevar datos, y también sobre cómo contarlas”, explicó la profesora.

“Aprendieron muchísimo, sobre todo de historia de la Corrientes, indagaron sobre los primeros edificios que dieron base a la ciudad, desde 1800 en adelante”, relató.

“ Se sorprendieron al conocer la cantidad de conflictos bélicos, los sucesos más relevantes, las primeras construcciones en el casco céntrico. Preguntaron sobre los cementerios antiguos, las epidemias de fiebre amarilla y difteria. Y comprendieron que – aunque se cuestione su veracidad – los relatos sobre aparecidos y fantasmas se apoyan también sobre la realidad de vivir en una ciudad con edificios tan antiguos”, detalló Romero.

Tras el encuentro con Galiana, y tras varios meses de lectura, recopilación de datos e investigación, lograron seleccionar algunas de esas leyendas que más “los atraparon” y generaron una muestra que luego presentaron en la feria de ciencias del colegio. “Ahora estamos a la espera de las devoluciones y pasamos a la instancia zonal. No sabemos si podremos continuar con otras instancias, pero nos sentimos muy orgullosos y entusiasmados porque nuestro trabajo traspasó la frontera del colegio. Y nos proponemos armar un compilado de estas leyendas urbanas, para difundirlo”, anticipo.

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En el proceso de trabajo, tanto alumnos como los docentes – materias de arte, tecnología y otras – detectaron que en internet existe muy poca difusión sobre estas leyendas. Cuando presentaron su muestra, con maquetas y hologramas que representan a los fantasmas de los relatos, causó furor en la escuela. “Es un tema tabú, aunque muchos hablen de eso por lo bajo. Durante la feria, desde docentes hasta padres de estudiantes se acercaron al estand, y le fueron contando a los chicos vivencias personales o nuevos relatos”, explicó la profesora. Así, ahora se proponen “compilar” las historias trabajadas y las nuevas, y buscan plasmarlas en un formato digital en internet y – por qué no – en una publicación impresa donde se la voz de los estudiantes quienes narren las historias.

Dentro del proyecto se contempla también la posibilidad de visitar los lugares que se identifican como “zonas” donde se ven “aparecidos y fantasmas”, y recopilar las narraciones de la mano de quienes dicen haberlos visto.

Entre las historias que “conquistaron” el interés de alumnos y visitantes, se cuentan a la de Fitz Simons, el primer rector del colegio Nacional quien falleció en funciones por una peste, y a quien la comunidad educativa asegura haber visto deambular como fantasma en ese antiguo edificio. También se “engancharon” con la historia de la niña de la ruedita, la de la dama de blanco y la de los arañazos en un sótano, la de la dama de la vela de la Escuela Normal, y otras historias reconstruidas por Galiana en sus libros.

“Pretendemos crecer con este proyecto, que sean las voces de los chicos las que cuenten estas historias, que forman parte del ideario cultural de la ciudad”, enfatizó la docente al final.

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Cosa ‘e mandingas

La cita del refranero popular no solo se refiere a una forma de llamar al diablo. Mandingas también eran los esclavos negros del África, que formaron parte de nuestra sociedad colonial, y que presentaban características más rebeldes. Grilletes que hacen suponer que era el lugar donde se los alojaba, privados de libertad, hasta “amansarse”, fueron encontrados en medio de trabajos de obras en el caso céntrico de la ciudad.

En esos mismos lugares, radican varios de los “fantasmas y aparecidos” que el abogado, escritorio e historiador correntino Enrique Galiana compila en sus publicaciones. En especial, porque se trata de una zona de la ciudad donde él mismo reside desde hace años.

Al parecer, una de las manzanas más “pobladas” de míticos fantasmas sería la número 73 del ejido urbano, que se comprende entre las calles 25 de Mayo, San Juan, Quintana y Rioja.

Al menos cuatro “personajes” fantasmagóricos protagonizan las leyendas de esa parte de la ciudad. Una de ellas es la dama de blanco, una “aparecida” que se atribuye al alma errante de una joven encumbrada de la sociedad correntina del 1900.

“Muchos conocen la leyenda, y cada vez que voy por la calle, hay gente que se me acerca para hablarme de eso y contarme cosas”, dice Galiana, entrevistado por múltiples medios periodísticos tras cada nueva publicación de “Aparecidos”.

La dama de blanco habitaría en calle 25 de Mayo al 1000, frente al colegio San José. “Una construcción que encarga la viuda de Pampín, al ingeniero Samela. Una autentica mansión de la época, similar en su estructura al edificio de la Universidad del Nordeste”, explica.

La casa iba a ser la vivienda del matrimonio Pampín Meabe y fue construida en el año 1922. “Los novios eran Fernando “el Negro” Pampín y Ana María Meabe, la segunda de las hijas del doctor Ernesto Meabe y Ana Reguera. Contrajeron matrimonio el 1 de abril de 1922, en la inglesia de la Merced, en una noche con lluvia, pese a la creencia de la época de que quienes se casaban con lluvia luego no eran felices”, cuenta el relato.

Las nupcias solo acumularon “malos presagios”. Luego de casarse, la pareja va a pasar a su noche de bodas a una quinta de la familia. Retiraron las llaves de la casa, pero se llevaron en una confusión una llave del panteón de la familia. Y a llegar a la quinta – ubicada por Ayacucho al este – debieron forzar las rejas para ingresar.

“La noche fue bastante penosa, con ruidos de alas, perfume de flores fuerte, bastante tétrica. Así que deciden volver a la ciudad. Vivieron un tiempo en la casa de Pampín – actual Museo Histórico de la Provincia – mientras planeaban la luna de miel”, cuenta Galiana.

Pero Ana María no quería viajar, tenía miedo a los viajes largos, y descartaron una travesia de varios meses en barco rumbo a Europa. “Así, decidieron concurrir a la inauguración del Hotel Cataratas, en junio de 1922”.

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La tragedia no demoró en llegar. El buque, que llevaba pasajeros, también transportaba combustible para los generadores del nuevo hotel. Un marinero desprevenido ingresó a las bodegas con una lámpara, y provocó el incendio que hizo explotar la embarcación, y la pareja pereció en las aguas del Paraná.

“La casa nunca se habitó. Fue hotel, sanatorio y pensionado. Pero siempre cosechó el mito de estar habitada por fantasmas”, relatan.

La leyenda urbana, abonada por quienes habitan las manzanas aledañas, aseguran que una dama de blanco atraviesa paredes y vaga por la propiedad y otras casas vecinas. “Dicen que “el Negro” Pampín era bastante poco agraciado, y su mujer una chica muy bella. Que era imposible que se enamorara de él. Y que entonces, cuando la cortjaba, él hizo una promesa a la Virgen: si ella aceptaba el matrimonio, se casarían en Itatí. Sin embargo, por su abolengo, la familia de la novia dispuso que la ceremonia se realizara en la iglesia de La Merced”, narra Galiana.

Quizás por eso, en su viaje rumbo a Cataratas, la pareja desciende en Itatí y deja como obsequio un manto. “Dicen que dicen, que la noche trágica del incendio, también el manto entró en combustión”, cuenta Galiana.

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Otras propiedades de la misma manzana y la siguiente (donde se emplaza la casa de Gobierno) también cosechan leyendas de aparecidos, de exorcismos, de chamanes y hasta de personalidades trascendentes del historia argentina. Entre ellas, cuentan – que cuentan – que en la antigua casa Martínez (hoy remodelada y convertida en Museo) a veces se puede ver en sus salones a un hombre vestido de traje, que se sienta en un rincón contra el vidrio, y luego camina hasta los fondos hasta desaparecer. Su fantasma, se atribuye nada menos que al general Manuel Belgrano, quien habitó el lugar varios meses en nuestra ciudad a la espera de una autorización para cruzar al Paraguay en 1811.

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Otra dama de blanco

A dos cuadras de la avenida costanera correntina funciona la subsecretaría de cultura de la Provincia (hoy en día es el Instituto de Cultura), en un caserón donde años atrás vivió una tradicional familia. Desde que se instalaron las oficinas, ya es un hecho consabido que en el patio trasero, en horas de la tarde cercanas al oscurecer, aparece el espectro de una señora vestida de blanco Qué provoca sobresaltos al personal nuevo, dado que los de más veteranos se hace habituaron a esa situación.  Hace poco tiempo, una de las empleadas que atravesaba el patio llevando una taza de té, sintió que una fuerza invisible la tomaba enérgicamente del brazo, hecho que finalizó con gritos, rotura de vajilla y susto generalizado. 

Muchos se han preguntado:  ¿Quién es esta dama?  ¿Será el fantasma o un pora de la burocracia taragüí?  ¿Psicosis colectiva?  ¿O quizás está indicando la presencia de un entierro?  Indudablemente, aquí se conjugan múltiples situaciones, que incluyen épocas de esplendor de viejas familias patricias, muertes dolorosas, catastróficas ruinas económicas y hasta dudosas personajes públicos de larga duración en la política local. Algunos sostienen que la actitud siempre pasiva y nada agresiva de esta señora obedecería hacer una pura integrante de aquella familia originaria, que tal vez no termina aún de purgar antiguas deudas o faltas.  Su aparición no emite olor, como sucede en otros casos me genera ruido, pero puede abrir o cerrar puertas, agitar las enredaderas de la medianera y cruzar el patio en el crepúsculo, lenta y silenciosamente, de un extremo hacia el otro.

(Extracto de “Paraquaría Mágica”, A. A. Salas, 2015. Moglia ediciones).

Esos y otros relatos son sobre los cuales trabajan los alumnos de la Figuerero. Habrá que seguir de cerca la evolución del proyecto, que promete divulgar las historias más sorprendentes sobre fantasmas que muchos ven, pero que pocos cuentan.